IV Encuentro Internacional de Gobierno y Sociedad Civil
15 de Noviembre de 2022
Escrito por: Staff Transversal

El Encuentro Internacional de Sociedad Civil y Gobierno es un espacio anual de pensamiento, debate y propuesta política sobre los principales problemas que aquejan a México, a América Latina y al mundo en lo referente a desigualdad, violencia, empobrecimiento, crisis económica, descontento social, inestabilidad política, retrocesos en las libertades y violaciones a los derechos humanos.
El Encuentro, celebrado en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, busca crear puentes entre los distintos actores que componen a la sociedad abierta, plural, libre e igualitaria que defendemos: periodistas, escritores, activistas, pensadores, académicos, investigadores, profesores, autoridades gubernamentales y funcionarios públicos.
Presentación de libro: "La sociedad del desconocimiento", Daniel Innerarity.
Lunes 28 de noviembre de 2022, de 18:00 a 19:00 horas. Expo Guadalajara, Salón 6.
Participan: Daniel Innerarity, Yolanda Díaz y Jesús Silva Herzog.
Nunca el conocimiento había sido tan importante y a la vez tan sospechoso. En la era de la racionalidad triunfante, de la ciencia institucionalizada, de los avances tecnológicos y los sistemas inteligentes aparece una constelación extraña: al mismo tiempo que la ciencia goza de un enorme reconocimiento, muchas personas recelan de ella, desde la mera desconfianza hasta el negacionismo extremo. Este rechazo no se explica sin más por la resistencia irracional hacia el conocimiento propia de las sociedades tradicionales; nos está diciendo algo acerca del tipo de generación de conocimiento característico de nuestras sociedades. No entenderemos la sociedad en la que vivimos si no damos una explicación adecuada de este extraño antagonismo. No está en juego la racionalidad y su contrario, sino una cierta metamorfosis de la idea misma de racionalidad, que ya no puede definirse cómodamente frente a su simple negación. Perderíamos una gran ocasión de conocernos a nosotros mismos si descalificáramos esta incredulidad como una reacción al progreso civilizatorio. Hemos entendido la ignorancia como si fuera lo contrario de la racionalidad, pero apenas hemos reflexionado sobre la unidad de conocimiento y desconocimiento que nos caracteriza. Como siempre, el avance del conocimiento nos hace, a la vez, más sabios y más ignorantes. No hay descubrimiento científico o invención tecnológica que no lleve apareado, como su sombra, un nuevo desconocimiento. Qué hagamos con lo desconocido va a jugar un papel cada vez más importante en nuestra vida personal y colectiva.
Las crisis bélica, climática y económica: Los límites de las democracias para procesar la incertidumbre.
Martes 29 de noviembre de 2022, de 17:00 a 19:00 horas. Auditorio Hotel Hilton.
Participan: Yolanda Díaz, Martha Delgado, Alejadro Gaviria, Daniel Innerarity y Gilles Lipovetsky.
Las sociedades en Occidente atraviesan un momento desconcertante. Cuando los países y las personas comenzaban a recuperarse del trauma colectivo que supusieron la pandemia, el confinamiento y el parón económico, Putin dio la orden de invadir Ucrania e iniciar una guerra que hizo saltar por los aires cualquier anhelo de recuperar las relativas estabilidad y prosperidad previas a la crisis sanitaria. Una potencia nuclear gobernada por un sólo hombre en complicidad con la oligarquía rusa tiene a su ejército a las puertas de Europa y amenaza la estabilidad del mundo como actualmente lo conocemos. La guerra de Putin no es un ataque exclusivamente contra el pueblo ucraniano: es una guerra contra la idea de Europa, contra la diversidad, contra las libertades y contra la democracia.
Esta invasión deplorable e injusta ha agudizado la crisis heredada del frenón económico por el coronavirus, pero ahora con el añadido de un fenómeno no visto en años: inflación descontrolada. Los gobiernos se han visto obligados a reaccionar con rapidez, a veces improvisadamente, para amortiguar la subida inclemente del costo de la vida, especialmente en los alimentos y en las fuentes de energía. La combinación desafortunada de una economía que no termina por recuperar el dinamismo previo a 2020 y la crecida de los precios en bienes de primera necesidad ha provocado enfado social e inestabilidad política en prácticamente todos los rincones del mundo, que pueden derivar en el surgimiento de líderes autoritarios, incluso abiertamente neofascistas.
Por último, este verano se rompieron un sinnúmero de récords de temperaturas máximas registradas en distintos puntos del globo, haciendo visible algo que ya era latente: la catástrofe climática es una amenaza real a la supervivencia de nuestra especie y de otras formas de vida en el planeta. Antes del coronavirus, la mayor prioridad global era desescalar las emisiones y frenar el aumento de la temperatura. Ahora la guerra se ha interpuesto y es ahí en donde las principales potencias están invirtiendo sus recursos humanos, financieros, tecnológicos y de conocimiento, retrasando peligrosamente la aplicación de regulaciones, mejoras e innovación para construir una economía que no ponga en riesgo la vida humana.
El Estado y las audiencias contra los medios: Cómo el discurso desde el poder legitima la violencia contra el periodismo.
Martes 29 de noviembre de 2022, de 19:00 a 20:30 horas. Auditorio Hotel Hilton.
Participan: Sandra Barba, Alejandra Ibarra Chaoul, Leopoldo Maldonado, Daniel Moreno y Jorge Zepeda Patterson.
Una paradoja acosa a las democracias liberales: los gobiernos en el poder ascendidos a través de la vía populista denuncian ser atacados permanentemente por "fuerzas ocultas" contrarias a los intereses "verdaderos" y "legítimos" de las mayorías. Líderes que oscilan en un espacio gris entre la democracia y el autoritarismo acusan a la prensa de ser una fuente de inestabilidad política y de buscar minar el avance de los gobiernos "realmente" democráticos.
Ya no es la prensa la que afirma ser víctima de persecución por parte del gobierno, como sucede en realidad, sino los gobiernos los que ven en los medios de comunicación ajenos a su control amenazas a la forma de democracia mayoritaria que ejercen. Es perceptible también una rebelión de las audiencias contra los medios: aupadas por la retórica de los gobiernos populistas, increpan a la prensa por presuntamente ser cómplice de "poderes económicos globales" que frenan el cambio político.
La realidad es que los ataques constantes contra la prensa, que van desde reproches por no sumarse como aliados a los "gobiernos populares" hasta el impulso de teorías de conspiración, tienen efectos palpables: en lo que va de 2022, trece periodistas han sido asesinados en México. La virulencia ejercida desde el poder estatal a través de la retórica contra la prensa se traduce en amenazas de muerte, intimidación, filtración de datos personales y agresiones contra los periodistas y sus familias.
La prensa libre es un pilar de toda sociedad democrática y un bien público para todas las personas. Contrastar información, cuestionar a los gobiernos y evidenciar errores de las autoridades es elemental para que la población pueda ejercer plenamente su ciudadanía.
La ciudadanía no se agota en las urnas: Superar la dicotomía Estado versus sociedad civil, ampliar el espacio cívico.
Miércoles 30 de noviembre de 2022, de 12:00 a 13:30 horas. Auditorio Hotel Hilton.
Participan: Fernanda Caso, Lorenzo Córdova, Juan Jesús Garza Onofre, Gibrán Ramírez y Ricardo Raphael.
La democracia exclusivamente como procedimiento supone que el ejercicio de la ciudadanía se acota a elegir y controlar a los representantes a través del voto, y que sólo el voto es correctivo de las decisiones que toman los gobernantes. Esta visión está tan impugnada como erosionada. Una democracia que incluye a la mayor amplitud de ciudadanía en la mayor cantidad de decisiones posibles es más estable porque despresuriza al gobierno al darle a las personas agencia sobre sus propias vidas, y le otorga responsabilidad a los ciudadanos por las decisiones tomadas al hacerlos conscientes de la dificultad de la gestión de lo público.
El Estado como una máquina burocrática que funciona automatizada es una ficción, al igual que la división tajante entre Estado y sociedad civil, analizada en la obra clásica de Bobbio. La realidad es que las fronteras son porosas: la ciudadanía determina en buena parte las demandas y la agenda públicas, y muchas veces provee soluciones a problemas que supuestamente son responsabilidad exclusiva de los gobiernos.
Debido a que quienes ejercen el poder están concentrados permanentemente en el conflicto electoral y partidista y en el reparto de posiciones gubernamentales —la lucha por el caudillaje, en palabras de Schumpeter— es en buena parte la ciudadanía, a través de ONGs, think tanks, asambleas populares, colectivos y protestas espontáneas, la que posiciona los temas urgentes de los barrios, las ciudades, las regiones e incluso de los países.
Otra discusión que envuelve al concepto de sociedad civil es cómo se contrapone analítica y prácticamente con el concepto de pueblo. Quienes defienden que el pueblo es el único ente soberano, desconfían del concepto de sociedad civil, por considerarla un instrumento de las élites burguesas y globales para fragmentar las demandas populares al introducir temáticas presuntamente irrelevantes (ecologismo, feminismo, derechos LGBT+). Merece la pena discutir qué tan amplia es la sociedad civil en términos de participación y si realmente hay una elitización de quienes se adscriben en ella.
La evidencia empírica importa: Gobernar sin datos es gobernar en la oscuridad.
Miércoles 30 de noviembre de 2022, de 16:00 a 17:30 horas. Auditorio Hotel Hilton.
Participan: Mario Campa, Edna Jaime, Valeria Moy, David Sasaki, Sofía Ramírez Aguilar y Roberto Vélez.
Gobernar implica tomar decisiones. Y tomar decisiones —elegir entre una u otra alternativa, o no elegir— implica cometer errores y asumir costos. Es cierto que ningún gobernante cuenta con información completa para decidir y por ello es comprensible su falibilidad. Sin embargo, existen métodos y procedimientos —información que puede agruparse para formar conocimiento; conocimientos que construyen ciencias— para minimizar los riesgos de cometer un error y, especialmente, para aminorar la magnitud de ese posible error cuando se toman decisiones que afectan a millones de personas. Lo decía Weber con su ética de la responsabilidad.
La ola populista vivida en el último lustro ha denunciado que los datos y las ciencias, particularmente la economía, son un instrumento del "neoliberalismo" para implantar políticas que despojan y someten a las mayorías. Si bien es cierto que la fe ciega en el libre mercado y en la ortodoxia económica ha resultado en profundización de las desigualdades y en ampliación de la pobreza, es tan falaz como riesgoso que se catalogue a toda la ciencia, a los datos y a la información —materia prima de cualquier democracia— como enemigos de la gente.
Es vital fortalecer a las instituciones encargadas de transformar la información en conocimiento público (centros de investigación, universidades, organismos como el INEGI y el CONEVAL). Éstas brindan herramientas para que los gobiernos decidan de forma más certera y arrojan luz en espacios brumosos para que la ciudadanía pueda hacer una valoración propia sobre si prioridades como la seguridad, la salud, el crecimiento económico, el combate a distintos tipos de desigualdad y de pobreza, la ciencia y la educación están siendo abordadas con seriedad.
Instrucciones para desarmar una democracia: El cambio de régimen en el México postrasición.
Miércoles 30 de noviembre de 2022, de 18:00 a 19:30 horas. Auditorio Hotel Hilton.
Participan: Denise Dresser, Carlos Bravo Regidor, Blanca Heredia, Nicolás Medina Mora y Carlos A. Pérez Ricart.
Es complejo categorizar al gobierno de López Obrador en México y a las modificaciones que el partido en el poder ha hecho al régimen emanado de la Transición a la democracia (1977-2018). Hay quienes afirman que las alteraciones al frágil entramado institucional transicional están resultando en una democracia iliberal, en una democracia populista, en una democracia mayoritaria, en una democracia popular o en un régimen caudillista con tintes autocráticos.
Es verdad que es difícil elegir un único adjetivo que encierre todas las cualidades de la forma de gobernar de AMLO. Si bien es cierto que se ha ampliado indudablemente la participación política, especialmente la de los estratos bajos y los grupos periféricos, se han debilitado instituciones que evitan la concentración del poder y garantizan las libertades, como el Congreso, el Instituto Nacional Electoral, la Fiscalía General de la República, las policías civiles y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Sin embargo, el proceso que ha provocado más alarma es el avance abierto de las Fuerzas Armadas en la realización de labores de seguridad pero también en actividades que corresponden a la administración pública, especialmente la construcción de obras públicas de gran calado, que les otorga un poder inédito en el manejo de recursos públicos bajo un esquema de absoluta opacidad. El incremento presupuestal y de facultades al Ejército mexicano es un hecho incontestable que evidencia el poder que ha adquirido bajo el cobijo de AMLO.
¿Es el gobierno de López Obrador un conjunto de prácticas con fachada democrática y cargado de simbolismos populares aunque con dirección autoritaria? ¿Qué tipo de régimen es aquel en donde se debilitan instituciones civiles para otorgar poder sin controles democráticos a las Fuerzas Armadas? ¿Cuál es el grado de reversibilidad de estos procesos? ¿Podemos hablar ya de un cambio de régimen? Para empezar, ¿qué es un régimen y qué elementos lo estructuran?